Recomiendo, como no, escuchar todo el Requiem for my friend de Preisner (dedicado a su amigo y compatriota a la muerte de éste aunque inicialmente surgió como trabajo narrativomusical conjunto y a la muerte de Kieslowski cambió de rumbo) pero, si no, al menos dejarse llevar por este breve fragmento en un huequín que se tenga. No apto para días sensibles si no se tiene una buena caja de Kleenex cerca.
Y algunos diréis ¿pero esto es clásica? Pues para mí si, y alguna que otra banda sonora original caerá. Y alguna obra no realizada para películas de compositores que se dedican principalmente a películas. ¿O alguien se atrevería a eliminar la música incidental de Mozart, Beethoven o demás? Obviamente no. Y el cine de hoy es, en gran parte, el teatro de entonces.
Pues a mi me parece genial que inclyas música perteneciente a bandas sonoras de cine, porque a veces se escuchan verdaderas maravillas y no tenemos ni idea de quién es el autor o cuál es su historia.
ResponderEliminarBella pieza, por cierto.